Mark
|
|
Spanish: La Biblia de las Américas |
|
Mark 4 [Context] [Commentary]
|
21. |
Y les decía: ¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de un almud o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? |
22. |
Porque nada hay oculto, si no es para que sea manifestado; ni nada ha estado en secreto, sino para que salga a la luz. |
23. |
Si alguno tiene oídos para oír, que oiga. |
24. |
También les decía: Cuidaos de lo que oís. Con la medida con que midáis, se os medirá, y aun más se os dará. |
25. |
Porque al que tiene, se le dará más, pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. |
26. |
Decía también: El reino de Dios es como un hombre que echa semilla en la tierra, |
27. |
y se acuesta y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece; cómo, él no lo sabe. |
28. |
La tierra produce fruto por sí misma; primero la hoja, luego la espiga, y después el grano maduro en la espiga. |
29. |
Y cuando el fruto lo permite, él enseguida mete la hoz, porque ha llegado el tiempo de la siega. |
30. |
También decía: ¿A qué compararemos el reino de Dios, o con qué parábola lo describiremos? |
31. |
Es como un grano de mostaza, el cual, cuando se siembra en la tierra, aunque es más pequeno que todas las semillas que hay en la tierra, |
32. |
sin embargo, cuando es sembrado, crece y llega a ser más grande que todas las hortalizas y echa grandes ramas, tanto que LAS AVES DEL CIELO pueden ANIDAR BAJO SU SOMBRA . |
33. |
Con muchas parábolas como éstas les hablaba la palabra, según podían oírla; |
34. |
y sin parábolas no les hablaba, sino que lo explicaba todo en privado a sus propios discípulos. |
35. |
Ese día, caída ya la tarde, les dijo*: Pasemos al otro lado. |
36. |
Despidiendo a la multitud, le llevaron* con ellos en la barca, como estaba; y había otras barcas con El. |
37. |
Pero se levantó* una violenta tempestad, y las olas se lanzaban sobre la barca de tal manera que ya se anegaba la barca. |
38. |
El estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; entonces le despertaron* y le dijeron*: Maestro, ¿no te importa que perezcamos? |
39. |
Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: ¡Cálmate, sosiégate! Y el viento cesó, y sobrevino una gran calma. |
40. |
Entonces les dijo: ¿Por qué estáis amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? |
41. |
Y se llenaron de gran temor, y se decían unos a otros: ¿Quién, pues, es éste que aun el viento y el mar le obedecen? |
|
|
LA BIBLIA DE LAS AMERICAS
Copyright (C) 1986, 1995, 1997 by:
THE LOCKMAN FOUNDATION
LA HABRA, CA 90631
Sociedad no comercial A Corporation Not for Profit
Derechos Reservados All Rights Reserved
|